Por Guido Rodríguez Alcalá
La revolución del 14 de mayo de 1811 fue el primer paso para la creación del Paraguay independiente. Aquella noche, un grupo de oficiales paraguayos jóvenes se apoderó de los principales cuarteles de Asunción. Entre aquellos oficiales estaban los siguientes, a quienes mencionamos dando el año de nacimiento:
Esta lista incompleta muestra que eran jóvenes, pues tenían entre veinte y veintiocho años de edad aproximadamente. A esto debe agregarse que todos ellos eran del interior del país.
En la madrugada del 15 de mayo, los oficiales presentaron una nota al gobernador español Bernardo de Velasco, para exigirle que les entregase las armas, el dinero y los documentos oficiales. Al principio, Velasco se resistió, pero después terminó entregando lo que se le exigía. De esta manera, Velasco perdió toda autoridad, aunque no se lo separó del gobierno inmediatamente.
El 16 de mayo se formó un triunvirato integrado por Velasco, José Gaspar de Francia y Juan Zeballos. Ese mismo día, el triunvirato juró fidelidad al rey de España, Fernando VII, que entonces se encontraba en Francia, prisionero del emperador francés Napoleón. Aunque los próceres querían la independencia, todavía no la declararon abiertamente, sino que se dijeron leales a España.
Esta fue una maniobra política utilizada en varias ciudades americanas que formaron juntas o gobiernos revolucionarios en aquellos años. En 1810 juraron lealtad a Fernando VII, la Junta de Caracas (19 de abril), de Buenos Aires (25 de mayo), de Bogotá (20 de julio), de Quito (22 de septiembre) y de Santiago de Chile (18 de septiembre). Aquel 1810 fue un año de insurrecciones en las colonias españolas de América porque, en el mes de enero, las victorias de Napoleón en España hicieron pensar que Fernando VII jamás volvería a reinar en España, y que seguiría cautivo en Francia indefinidamente.
Por eso, los patriotas americanos decidieron formar sus propios gobiernos y el juramento de fidelidad a Fernando VII fue una simple formalidad. Por otra parte, ese juramento aseguraba a los revolucionarios la neutralidad de Inglaterra, que entonces dominaba los mares con su flota de guerra. Inglaterra era aliada de España en la lucha contra Napoleón y no podía aceptar una rebelión abierta contra el rey Fernando VII. Con el juramento de fidelidad, Inglaterra podía considerar que se trataba de una cuestión interna de la política española, en la cual no debían intervenir.
Los revolucionarios paraguayos no fueron los únicos que dejaron por corto tiempo en el gobierno al funcionario español, si bien le hayan quitado el poder. Algo parecido ocurrió en 1810 en Santa Fé, en Quito y en otras ciudades americanas. Como el juramento de fidelidad a Fernando VII, la permanencia del gobernador o virrey en el gobierno, como figura simbólica, fue una maniobra política que disfrazaba el objetivo de la independencia total. En el Paraguay existía otro motivo más para dejar a Velasco en el gobierno. La revolución de mayo fue una conspiración de civiles y militares, con ramificaciones en varios puntos del país. De acuerdo con el plan inicial, Fulgencio Yegros debía armar un grupo de hombres en Itapúa, para marchar con ellos hasta las Cordilleras, donde se le sumaría Manuel A. Cabañas con otro grupo de patriotas, para seguir camino hasta Asunción. También marcharían hasta Asunción grupos procedentes de otros puntos del país. Blas Rojas de Aranda, quien se encontraba en Corrientes al mando de tropas paraguayas, se sumaría al movimiento. En Asunción, los oficiales sublevados (Caballero, Iturbe y otros) entregarían los cuarteles a los revolucionarios. Pero este plan inicial debió cambiarse porque Velasco se enteró de la conspiración, por lo que Caballero y sus compañeros decidieron dar el golpe sin esperar a Fulgencio Yegros y los demás dirigentes.
Cuando Velasco cedió, los oficiales dirigidos por Caballero hicieron llamar a Fulgencio Yegros y al doctor José Gaspar de Francia. Este último, que se encontraba en su quinta de Trinidad, llegó a Asunción para integrar el triunvirato junto a Velasco y Zeballos. Yegros, desde Itapúa, viajó rápidamente a Asunción, donde fue recibido por una muchedumbre. El triunvirato, que fue un gobierno provisorio, convocó un congreso para que los paraguayos eligieran un nuevo gobierno. El congreso se reunió entre el 17 y el 20 de junio de 1811, y eligió una Junta de gobierno integrada por cinco miembros: Yegros (presidente), Mora (secretario), Francia, Caballero y Bogarín. Esta fue la primera elección de autoridades del Paraguay independiente, si bien el sistema de elección fue indirecto. En efecto, los pueblos y localidades nombraron sus representantes para el Congreso; estos representantes, a su vez, eligieron a la Junta presidida por Yegros. Pese a las limitaciones del sistema de elección indirecta, aquella elección de autoridades significó una superación del sistema anterior, en que los nombramientos venían de España, sin ninguna participación paraguaya. Por otra parte, en aquel tiempo no existía en ningún país del mundo un sistema electoral democrático, tal como lo entendemos hoy.