El punto de partida|Oñeñepyrũ haguégui

11-05-2011

Extraído de Mandu´a. Memoria de la Secretaría Nacional de Cultura 2009

La Secretaría Nacional de Cultura (SNC) fue instituida como órgano rector de las políticas culturales del Paraguay, por la Ley 3051 “Nacional de Cultura”, sancionada el 22 de noviembre de 2006 y reglamentada por el Decreto 10278 del 9 de abril de 2007.

Esa misma ley disponía la separación de la SNC y su autonomía con respecto al Ministerio de Educación y Cultura (MEC).

El 15 de agosto de 2008, Don Fernando Lugo asumió la presidencia de la República del Paraguay, en un hecho histórico que significó la primera alternancia política en el gobierno nacional luego de más de 60 años. Con la asunción presidencial, se incorporaba Ticio Escobar como Ministro Secretario de la SNC.

La nueva administración de cultura se encontró con una infraestructura desastrosa, una administración confusa y una institucionalidad política y presupuestariamente débil, escasamente capacitada y equipada para cumplir con las funciones establecidas por la legislación en el ámbito cultural. En aquel entonces, 244 funcionarios integraban la institución, distribuidos en diferentes dependencias y sujetos a distintos regímenes laborales. En su gran mayoría estos funcionarios ganaban sueldos mínimos o inferiores a los mínimos, y no contaban, en general, con la idoneidad necesaria para la gestión pública de lo cultural.

Las perspectivas en términos presupuestarios resultaban desalentadoras. Por un lado, avanzado el segundo semestre de 2008, el presupuesto institucional (alrededor de 11 mil millones de guaraníes) se encontraba casi totalmente ejecutado; por otro, el presupuesto del año siguiente (2009) ya estaba planificado con las mismas cifras. La estructura del presupuesto institucional heredado se encontraba dividido en 3 partes: el 80 % estaba destinado al pago de salarios; el 15 %, afectado a gastos corrientes (alquileres, luz, agua, etc.), y el 5 % restante, reservado para inversiones e iniciativas. El panorama se complicaba porque no existía posibilidad de nombrar o contratar cuadros altos para la conformación del gabinete y los mandos superiores.

Asimismo, las condiciones presupuestarias impedían, e impiden aún, una adecuada asignación de beneficios y bonificaciones previstas en la ley, conforme a responsabilidades y derechos acumulados.

El equipamiento informático de la institución contaba con 15 computadoras y la Secretaría entera no disponía de vehículo institucional. Por otra parte, el funcionariado ocupaba, de manera casi hacinada, dos sedes administrativas y las oficinas disponibles en el Archivo Nacional, la Biblioteca Nacional, los Museos Nacionales (instituciones administradas por la SNC) y en el Banco Central, donde hasta ahora se asientan, provisionalmente, el Ballet Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional. Las instituciones administradas por la SNC no sólo se encontraban en estado grave, sino que atravesaban verdaderas situaciones de emergencia.