[lang_es-es]Como parte de la conmemoración por el Bicentenario patrio, fue inaugurada una exposición de piezas esculpidas en piedra provenientes de la Misión Jesuítica de Trinidad.[/lang_es-es]
[lang_gu]Sandykõi momorã kuápe, oñeinaugurákuri ta’ãnga itágui ijapopyre oúva Misión Jesuítica Trinidad-peguágui jehechauka.[/lang_gu]
La iniciativa corresponde a las secretarías de Cultura y de Turismo y cuenta con el apoyo del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, con el objetivo de aproximar a la ciudadanía parte de nuestro valioso acervo cultural que fuera declarado por la UNESCO como “Patrimonio Universal de la Humanidad”, explicó el Ministro Ticio Escobar durante el acto inicial cumplido en el patio de la Biblioteca Nacional.
La muestra, cuya curaduría estuvo a cargo de Carlos Colombino, Director General de Bibliotecas, Archivo y Museos de la SNC, reúne veintiséis esculturas de piedra arenisca representativas de las Misiones Jesuíticas Guaraníes de Trinidad. La muestra estará abierta hasta finales del presente mes con ingreso libre y gratuito.
La Ministra de Turismo, Liz Kramer, mencionó la importancia de la muestra e invitó al público en general, en especial al estudiantil, a que acuda a este local para conocer y valorar lo expuesto, dado que no es muy fácil ir al lugar original para hacerlo. En otro momento del acto fue destacada la importante colaboración del Ministerio de Obras Publicas, que tuvo a su cargo el traslado de las esculturas.
Quienes asistan al local de la exposición -sito en De las Residentas c/ Perú- podrán apreciar fragmentos de rostros de querubines y elementos de la naturaleza esculpidos en piedra durante la etapa colonial en las misiones jesuíticas. La Misión que fuera denominada Santísima Trinidad del Paraná, fue fundada en 1706, al este del Uruguay. Posteriormente, en el año 1712, se trasladó a su sitio actual, donde fueron halladas las piezas de la muestra.
Según las investigaciones realizadas, los fragmentos de las piezas líticas que se exponen fueron realizados para complementar el templo mayor que ostenta una abundante decoración interior, con frisos y otros elementos donde se refuerza la profusión de las formas, las luces y las sombras, concepciones típicas del estilo barroco, en este caso adaptado al territorio, la fauna y la flora local.
Las piezas en su totalidad fueron talladas en piedra Itaki (piedra blanda) o arenisca, extraídas de la cantera vecina (actual Ita Cajón). En algunas aún puede visualizarse la policromía utilizada, lo que potencia aun más la belleza en estas singulares obras que forman parte del conjunto, declarado por la UNESCO como “Patrimonio de la Humanidad”.
