[lang_es-es]Con sala llena, en el Teatro Municipal se estrenó ayer, miércoles, la obra de teatro Kandire, de Wal Mayans. El espectáculo estuvo bajo la organización de la Secretaría Nacional de Cultura y fue a la vez un inolvidable homenaje a la juventud y a los 31 años de labor del Centro Paraguayo de Teatro (Cepate).[/lang_es-es]
[lang_gu]Henyhẽte Paraguay Ñoha’ãngao akokue araapy ojehechauka ñepyrũrõ guare ñoha’ãnga Kandire, Wal Mayans mba’e. Ñoha’ãnga jehechauka opytákuri Tetã Rekopykuaa Rerekua poguýpe ha oñemomorã aveíkuri mitãrusu ha kuñataĩme hi’árare ha Centro Paraguayo de Teatro (Cepate)pe katu 31 ary hembiapokuére. [/lang_gu]
El centro asunceno bullía de espíritu joven en la tarde del miércoles, avivando la celebración del día de la primavera y la juventud. Una murga del Cepate se sumaba a la fiesta invitando a los transeúntes en los alrededores del Teatro Municipal a unirse al festejo por sus 31 años. Como parte del programa, a las 19 horas, en el área lateral del Teatro, la intervención Fracciones ofreció una experiencia de video y danza contemporánea, que incluyó la proyección de un audiovisual sobre la pared externa del Municipal, la cual se integraba a una coreografía de varios bailarines que se movían por los tres pisos del edificio, haciendo de las escaleras, los vitrales y la plataforma de acceso su escenario.
La coreografía Fracciones, de Edith Correa, Juan González, Silvana Rial y Elena Florentín se integró con la música de Juan Carlos Careaga, la edición de Armando Aquino y el concepto y dirección audiovisual de Juana Miranda. El espectáculo siguió con un fragmento de la obra Impuro, coreografía de Edith Correa, interpretado por Aldo Leguizamón y Tito Caballero, integrantes del elenco del Ballet Nacional, con música de Germán Lema.
Aldo Leguizamón y Tito Caballero en un fragmento de la obra Impuro, de Edith Correa.
Tras la intervención, una larga fila de personas comenzó a moverse hacia el interior del Municipal para presenciar la obra Kandire, del grupo Hara Teatro, dirigido por Wal Mayans.
Música frenética, un excelente juego de luces, actores “flotando” en el escenario. Historia. Emoción. Estos fueron algunos de los elementos que Kandire dejó fluir como una catarata de impulsos sobre la sala del Municipal. La obra propuso un recorrido histórico muy particular, con una mirada vanguardista que enfocó inicialmente en nuestras raíces, con la presencia de un Shamán indígena en escena, para pasar luego a distintos momentos históricos.
Un Shamán de la parcialidad Ishir bendijo la ceremonia teatral.
El teatro aéreo dio un toque relevante a la obra, que contó con unos veinte actores en escena. La participación de soldados de las Fuerzas Armadas de la Nación, así como del grupo de estacioneros de la localidad Reducto, San Lorenzo, marcaron de forma especial distintos momentos de la puesta. La etapa de la represión dictatorial, representada por mujeres colgando de cabos que bajaban hasta las famosas “piletas” de tortura, fue otro de los picos emotivos de la obra.
Soldados de las FF.AA. participaron de la puesta.
Estacioneros de Reducto, San Lorenzo, tuvieron una intervención en Kandire.
Una de las escenas más fuertes de Kandire fue la representación de la tortura en la pileta.
Tras alrededor de 20 minutos de potentes elementos visuales, de música enérgica, de momentos que se mezclaban entre el pasado y el presente, Kandire fue despedida por un cerrado aplauso de pie por parte de la platea. El director de la puesta, Wal Mayans, agradeció a la SNC el apoyo para llevar a la realidad la innovadora propuesta, así como también la oportunidad que de que haya sido como homenaje al Cepate en su aniversario.
Mucho de teatro aéreo tuvo Kandire.
