[lang_es-es]La Secretaría Nacional de Cultura viene organizando Talleres Literarios en las ciudades de Paraguarí y Eusebio Ayala, del interior del país, como primera experiencia a fin de estimular y encausar la capacidad creativa de todas aquellas personas con deseos de encontrar en la literatura su medio de expresión. Los talleres son dirigidos por el poeta, narrador y editor Ricardo de la Vega (foto).[/lang_es-es]
[lang_gu]Tetã Rekopykuaa Rerekua ombosako’i’oikóvo Taller ñe’ẽporãhaipyre rehegua táva Paraguari ha Eusebio Ayala-pe; kovahína tembiapo peteĩha ojapóva tetãpýre jahechápa omokyre’ỹ tapichakuéra oñepẽvo iñapytu’ũroky ha ombopepo hemiandu ñe’ẽporãhaipyre rupi. Ko’ã taller omboguata ñe’ẽpapára ha haihára Ricardo de la Vega (ojekuaáva ta’ãngápe).[/lang_gu]
De la Vega formó parte de la Generación del ´80 aglutinada en torno del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero. Es autor de: “Canto al Mariscal López”; “Afuera”; “La canción de R”; “Notable paraíso”, entre otros títulos. Su obra, galardonada en numerosos concursos literarios, figura en varias antologías latinoamericanas. Fue fundador, junto a otros poetas, de la Revista “Cabichu í Dos”. Actualmente dirige la revista “Tren Rojo”, que es hoy por hoy la única revista de poesía que se publica en nuestro medio.
El poeta comenta sobre la experiencia que están arrojando estos talleres y la importancia de los mismos como herramienta de desarrollo de la expresión.
¿Cómo se dio la iniciativa de los talleres literarios?
Mi oficio de Visitador Médico me llevó a recorrer las ciudades y los pueblos del interior del país y es así que tomo contacto, en un principio, con médicos interesados en fomentar su vena literaria. Fueron estas personas quienes me dieron la idea de dictar estos talleres en su propia localidad. Luego, con el transcurrir del tiempo, y ya instalados los talleres, es que se manifestaron otros creadores.
¿Cuál es la dinámica de estos talleres?
Tenemos un plan basado en la Literatura Paraguaya Contemporánea que nos permite estudiar a autores como Elsa Wiessel, Luís María Martínez, Esteban Cabañas, Jacobo Rauskin, Joaquín Morales, Miguel Ángel Meza y otros que utiliza una parte del programa. El resto del tiempo lo dedicamos al trabajo creativo de los asistentes. Los talleres están dirigidos a todas aquellas personas que sientan deseos de escribir.
¿Qué experiencia estás teniendo con los talleres?
La experiencia para mí es vivificante, puesto que tomar contacto con estos creadores me permite ver el enorme espacio que la Literatura puede ocupar en la vida de la gente. Si es que les acercamos las fundamentales herramientas: los libros. Y espacios de debate sobre temas literarios.
¿Cuál es la respuesta de la gente?
La respuesta es muy interesante, pero todavía puede ser mejor, con una mayor participación. Y es en ese sentido que en una de las localidades tenemos la idea de lanzar un Concurso Literario que convoque a todos los que, secretamente o lateralmente, escriben.
¿Es también relevante la posibilidad de llevar los talleres al interior del país?
Absolutamente. El desafío de las políticas culturales es llegar al interior del país, ya que, aunque parezca mentira, ahí es donde es más débil la soberanía cultural. Los medios masivos invaden los límites con propagandas y programas alienantes que trastocan valores tradicionales por ejemplo el diálogo en la propia comunidad que es suplantado por moda de mirar el éxito de la banalidad. Entonces la respuesta debe darse ahí mismo: en las localidades del interior. Y es en ese sentido que este proyecto es muy saludable. El otro paso será el aumentar el patrimonio de las bibliotecas públicas.
¿Cuáles son las próximas fechas del programa?
Los talleres se siguen dictando los días sábado de 14 a 17 horas. En Eusebio Ayala, en el local del Instituto de Formación Docente dependiente del MEC y en Paraguarí en la Biblioteca Vysokolán. Es muy interesante mencionar el apoyo que recibe este proyecto en la ciudad de Eusebio Ayala, ya que la Municipalidad auspicia también el Taller Literario.
“Los medios masivos invaden los límites con propagandas y programas alienantes que trastocan valores tradicionales, por ejemplo, el diálogo en la propia comunidad, que es suplantado por la moda de mirar el éxito de la banalidad. Entonces la respuesta debe darse ahí mismo: en las localidades del interior”, concluye el poeta Ricardo de la Vega.