Erradicación de la pobreza, tarea de todos y todas

21-10-2013

 Por Patricio Uribe Ibáñez

El 17 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, y cada año, nos empeñamos como Fundación, junto a otras organizaciones de la sociedad civil, en que la fecha sea relevada en la opinión pública, manifestándonos sobre algún tema en particular dentro de la problemática del fenómeno de la pobreza.

Esta vez planteamos que es urgente modificar el sistema de focalización vigente dadas las secuelas que provoca la lógica que sean las propias personas las que deban asumir la responsabilidad de autodefinirse en pobreza, revelando sus miserias y carencias, en un sistema donde sus logros no tienen cabida o son castigados con mayor puntaje.
También, como está plasmado en nuestra propuesta de política social “Umbrales Sociales”, planteamos un “cambio de mirada” que implica que las políticas orientadas a la pobreza avancen desde el paradigma de ‘dar cosas’ a un enfoque basado en convocar a los afectados a enfrentar el presente y el futuro de manera diferente. Las políticas sociales no son meras proveedoras de bienes y servicios; son una forma de construir sociedad y debieran ser aprovechadas bajo esa mirada para convocar a la población a construir sociedad y forjar un destino común
A propósito de esta fecha, deseo comentarles que asistimos, invitados por la Secretaría Nacional de Cultura del Gobierno de Paraguay, a un foro internacional en el que la Fundación Superación de la Pobreza pudo compartir la experiencia de sus 18 años, a través de la implementación y ejecución del programa Servicio País.
Fuimos invitados a compartir las vivencias, aprendizajes y también las dificultades que hemos enfrentado, en esta misión que nos planteamos desde el año 1995, que no es otra que contribuir a la superación de la pobreza, promoviendo mayores grados de equidad e inclusión social en personas, familias y localidades que viven en permanente exclusión social.
Este foro internacional, llamado AROVIA, que en guaraní significa Yo Creo, es una demostración clara que estas problemáticas no tienen fronteras, ni menos colores partidarios, ni tampoco religiosos. Estas situaciones afectan por igual a unos y otros y sin duda esto es lo que nos llama a continuar con la tarea, pues existen muchas familias que necesitan de nuestro apoyo para creer nuevamente en sus propias capacidades y talentos para lograr superar esta situación.
Vimos varias naciones que tienen niveles de pobreza e indigencia similares a los que debimos enfrentar los años en que iniciamos Servicio País, situación que puede ser desalentadora, pero que por el contrario obliga a no perder tiempo y trabajar de inmediato para generar políticas públicas adecuadas, que permitan revertir, en términos ideales, al más breve plazo, la actual situación.
Nos encontramos con contextos muy similares a los que hemos vivido nosotros, que se traduce en autoridades locales y de Gobierno, académicos y empresarios con una alta motivación e interés por contribuir a la causa, pero además una sociedad civil que también despliega sus esfuerzos por sumarse y no tan solo “preocuparse” de las familias que viven en esta situación, sino más bien “ocuparse” de estas problemáticas.
Seguiremos planteando nuestro cambio de mirada y difundiéndolo en Chile, Paraguay o cualquier otro país, en que una persona o familia sienta y vea cómo las oportunidades están lejos de ellos, y crea que no tiene recursos ni puentes para aprovecharlas. Seguiremos convocando, a través del SERVICIO PAÍS, a familias como esas para que activen sus capacidades y las pongan al servicio de su propio desarrollo.