Camino a cumplir 128 años, la Biblioteca Nacional enriquece y apuesta a la conservación de su acervo

10-02-2015

El año 2014 marcó un punto de inflexión en la historia de este espacio, con el montaje de un departamento de Restauración y Conservación, vital para el desarrollo de tareas de mantenimiento de los libros existentes. La nueva área comprende dos salas de trabajo especializado. Su puesta en funcionamiento implicó, igualmente, la capacitación de un equipo de funcionarios y funcionarias, así como la adquisición de insumos.

En el afán de enriquecer el acervo, fueron incorporadas dos importantes colecciones, donadas por sus propietarios, Washington Ashwell y Julio Contreras Roqué.

Otras acciones, como la habilitación de la sala de lectura de la hemeroteca Carlos Antonio Lopez y del Taller de Restauración Viriato Díaz-Pérez, además de la inauguración del patio Esteban Cabañas, se sumaron a los significativos avances registrados a lo largo del año anterior.

Como tareas pendientes, enumera el director Rubén Capdevila, quedan la incorporación de equipos informáticos modernos para el proyecto del Departamento de Digitalización, y para el usufructo de la ciudadanía y el funcionariado, así como la renovación de los softwares y la instalación de uno para la tarea de catalogación. Del mismo modo, se pretende este año el fortalecimiento de las capacidades de los funcionarios y funcionarias en lo referente al manejo de sistemas informáticos.

Otros desafíos para el 2015 son el desarrollo e implementación del sitio web y la Biblioteca Digital; la puesta en valor del edificio; la publicación de la revista de la Biblioteca y dos catálogos de las colecciones especiales, así como la adquisición de nuevas tecnologías para la gestión bibliotecaria.

Para la ministra Mabel Causarano, el enfoque de la actual gestión de la Biblioteca Nacional se orienta a “revisar el concepto tradicional de depósito de información documental”, para trascender hacia “un espacio abierto a toda la comunidad”. En esa línea, “pensamos en la biblioteca como un centro cultural, al cual concurran personas de todas las edades, en una biblioteca que salga a las plazas, en un sentido de lo público y lo abierto”.