Esta tarde, en la ciudad de San Joaquín, Departamento de Caaguazú, se llevó a cabo la entrega de las llaves de la Iglesia San Joaquín y Santa Ana, tras un proceso de restauración integral ejecutado por la Secretaría Nacional de Cultura.
El acto contó con la participación del párroco Arnildo Dávalos, el intendente municipal de San Joaquín, Luis Palacios; del abogado José Fernández, en representación del Consorcio Restauración; la Directora General de Patrimonio Cultural Natalia Antola, la ingeniera Ada Verna, fiscal de obras, y el arquitecto Julio Ibarra, supervisor de la SNC. En la ocasión, se firmó el acta de entrega de llaves, formalizando la recepción en usufructo del templo tras los trabajos realizados.
Durante la reunión, el intendente Palacios destacó la importancia del templo para la comunidad: “La iglesia es nuestro ícono central. Después de esta restauración general, es la única que está en pie. Todos tenemos un gran valor sentimental, espiritual, social y cultural. Todo en San Joaquín es la iglesia”.
La directora general de Patrimonio de la Secretaría Nacional de Cultura, Natalia Antola, expresó: “Agradecemos la participación de la comunidad y al párroco que son y siguen siendo los custodios de este trabajo”.
Los trabajos de restauración se desarrollaron en dos etapas: la primera consistió en una salvaguardia urgente, con prospecciones arqueológicas y la instalación de un sobretecho protector. Posteriormente, se ejecutó una restauración integral, con un enfoque técnico y científico que incluyó estudios arqueológicos antes, durante y después de la intervención.
La restauración abarcó tanto el interior como el exterior del templo. Se llevó a cabo la reconstrucción de muros de adobe y un sistema de apuntalamiento estructural, debido a la falta de bases en los pilares. Además, se restauraron bienes muebles de valor patrimonial, como el retablo, el púlpito y diversas imágenes religiosas. Como parte del proyecto, también se construyó una nueva explanada con equipamiento urbano.
Próximamente, se anunciará la fecha de la inauguración oficial del templo.
Reseña histórica del Templo de San Joaquín y Santa Ana
El Templo San Joaquín y Santa Ana de Caaguazú es una de las construcciones más representativas del legado jesuita en Paraguay. El pueblo de San Joaquin fue fundado en 1746 por el padre Sebastián Yegros dentro del plan de la Compañía de Jesús para organizar las comunidades indígenas. Originalmente ubicado en Tarumá, fue trasladado en 1753 a su ubicación actual debido a ataques indígenas y condiciones climáticas adversas.
El templo, de estructura períptera, está construido con muros de adobe y una estructura portante de madera, siguiendo el estilo arquitectónico colonial con influencias de los saberes tradicionales guaraníes. Su fachada principal, orientada al oeste, conduce al retablo mayor, único en su tipo ya que se constituye en la unión de partes de varios retablos en madera policromada insertos en un muro de adobe. A lo largo de los siglos, ha sido un importante centro religioso y cultural, que refleja la fusión entre la herencia jesuita y la identidad local.
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