La Pascua dolorosa de 1976|La Pascua dolorosa 1976-pe guare

28-05-2011

Por Margarita Durán Estragó


El descubrimiento de una supuesta organización armada permitió a la policía stronista justificar una brutal represión en todo el país; la misma cayó sobre integrantes de organizaciones campesinas, obreras y estudiantiles. Los más afectados fueron los miembros de las Ligas Agrarias Cristianas, que ya venían sufriendo persecución, como el caso Jejuí (1975). En abril de 1976, coincidente con la Semana Santa, las fuerzas gubernamentales aniquilaron prácticamente a las Ligas Agrarias, siendo los campesinos organizados en ella, quienes más sufrieron la feroz represión. Más de 400 presos, unos 200 torturados, nueve desaparecidos y otros muertos en tortura, sin contar las angustias, vejaciones y discriminaciones que sufrieron familiares y amigos de las víctimas, hicieron que aquel crimen de lesa humanidad sea conocido como “Pascua dolorosa”. Lo incluimos entre los hitos del Bicentenario porque muestra la forma de actuar de la dictadura de Stroessner y para que NUNCA MAS la barbarie cobre nuevas víctimas, por ningún motivo.

 

Para poder sopesar este hito -doloroso y aberrante por donde se lo mire- es conveniente recordar que la Organización Político Militar (OPM) fue un grupo clandestino incipiente, conformado por jóvenes que se oponían a la dictadura de Alfredo Stroessner. Su descubrimiento y desarticulación inmediata comenzó en los primeros días de abril de 1976. Hubo centenares de apresamientos arbitrarios, torturas y muertes; en busca de enlaces la Policía  puso su mirada en el interior del país. Según ella, la OPM se había extendido hacia Misiones, por lo cual Pastor Coronel –jefe de Investigaciones de la Policía – envió a San Juan Bautista de las Misiones a uno de sus matones más monstruosos: Camilo Almada Morel, alias Sapriza. Este instaló su “oficina” en la Delegación de Gobierno, ubicada en las afueras de dicha ciudad. Con el apoyo de militares de la III División de Infantería, alcaldes de compañías y milicianos de la seccional colorada, Sapriza llevó a cabo en la cárcel de Abraham Cue, una de las más sangrientas represiones de la dictadura.

 

También debemos señalar que las Ligas Agrarias Cristianas eran una organización campesina de inspiración cristiana surgida en Misiones, en la década de 1960. Una de las principales actividades de las Ligas Agrarias fue la educación: “Nuestro primer objetivo es formar hombres capaces de pensar y de decidir su destino por sí mismos”, dice un informe de la citada organización campesina. La importancia que dieron a la educación se debió quizás a sus experiencias anteriores, ya que muchas veces intentaron organizarse, pero fracasaron por su falta de formación. En las Ligas Agrarias se practicaba el jopói materializado en la minga, en los almacenes de consumo y las chacras comunitarias. Una de sus experiencias más destacadas fueron las Escuelas Campesinas, donde se pretendía dar a los niños una educación liberadora a partir de su propia realidad campesina y su fe cristiana.

 

Los planteos políticos recién aparecieron a fines de 1960 y a partir de allí se discutió la necesidad de transformar estructuras políticas para encontrar soluciones a los problemas campesinos. La Iglesia tomó partido a favor de los agricultores organizados y un grupo de 72 sacerdotes,  religiosos y religiosas comprometidos directa o indirectamente con las Ligas Agrarias llegó a formar un movimiento amplio con un ideario propio para hacer frente a los ataques y confusiones provenientes de los superiores mayores y algunos obispos.

 

En la zona de Misiones los campesinos tomaron una propiedad del obispo, lo que molestó a este y produjo ruptura de monseñor Ramón Bogarín con las Ligas, hecho muy desafortunado ya que Bogarín había sido por años,  promotor y defensor de las mismas. En los años 70, el crecimiento y el impacto de las Ligas Agrarias comenzó a despertar sospechas en el Gobierno, y como respuesta se iniciaron las represiones a los campesinos, con hostigamiento y apresamientos.

 

También se creó una gran desconfianza de parte de los obispos y para 1974 el movimiento campesino era considerado algo así como un iceberg que ocultaba más de lo que mostraba. El nombre de las Ligas se había sepultado. Cesaron las ocupaciones de tierras y de templos. Surgieron entonces las llamadas comunidades de base, fruto de cursillos de formación llevados a cabo por sacerdotes de distintas diócesis. Algunos líderes campesinos, los más radicalizados de las Ligas Agrarias optaron por un cambio de estructuras políticas y para el efecto se unieron a los militantes de la OPM.

 

La represión desatada en abril de 1976 dejó campesinos desaparecidos, torturados, salvajemente golpeados y vejados en las prisiones, y encerrados en los campos de concentración stronistas. Uno de los campesinos desaparecidos durante la Pascua Dolorosa fue Silvano Flores. El 15 de abril de 1976, en Santa Rosa – Misiones, balearon el rancho donde vivía, esto obligó a sus ocupantes a salir al patio. Una vez fuera, arrastraron a Silvano unos 40 metros y atado a un árbol fue sometido a golpes de culata de fusil y finalmente degollado frente a toda su familia.

 

En Asunción también hubo apresamientos y muertes en las cámaras de tortura, tal el caso de Mario Schaerer Prono y la desaparición de Martín Rolón. Entre los detenidos y torturados se hallaban, entre otros: Miguel Angel Perito, Carlos Fontclara, Guillermina Kanonicoff, Ignacio Parra y José Gil Ojeda, agricultor y pytyvöhára.

 

Entre las mujeres presas y torturadas en abril de 1976, miembros de las Ligas Agrarias se encuentran: Adoración Ferreira (Dorita), residente en la comunidad de Jejuí, quien a causa  de las torturas, hasta hoy sufre graves perturbaciones psicológicas; Felipa Adolfina de Melgarejo, presa en Abrahan Cue para pasar por varias dependencias policiales, hasta terminar en el campo de concentración de Emboscada; lo mismo María Morel Céspedes, Gertrudis Felkan, familiar de liguistas detenidos; Blasida Falcón Escobar y Eulogia Falcón Escobar.

 

La Pascua Dolorosa es recordada cada año en Misiones, escenario de los más atroces crímenes cometidos durante la Semana Santa de 1976. Aunque ella trajo consigo la defunción de las Ligas Agrarias Cristianas, las mismas siguieron vivas en sus miembros, que dieron origen y transmitieron mística a casi todas las organizaciones campesinas surgidas con posterioridad.