Por Line Bareiro
En 1887 se fundaron los dos partidos políticos más importantes de la historia del Paraguay. Por eso es éste un hito del Bicentenario, pero también porque desde el punto de vista democrático, la formación de estas instituciones significan una posibilidad de superar la política de facciones personalistas, a la generación de de identidades políticas más complejas, basadas también en ideas diferentes unas de otras, pero que coexisten en el mismo escenario, agregan intereses de la población y disputan el voto ciudadano.
Hay tres elementos a tener en cuenta sobre el contexto de la fundación de los partidos políticos. En primer lugar, ya se venía disputando por medio de elecciones el poder institucional político desde la década de 1870, pero con elecciones en las que los varones con derecho al voto se reunían y decían cuál era su opción. Se trataba por lo tanto, de voto cantado y no de voto secreto, que fue introducido muy posteriormente. En segundo lugar, en la dirigencia de los dos grupos fundadores se encontraban tanto personas que fueron combatientes paraguayos en la Guerra Grande, como quienes fueron sus enemigos e incluso integrado la Legión Paraguaya. Esta fue una formación de hombres paraguayos que se unieron a las fuerzas de la Triple Alianza para atacar al Paraguay, aunque según ellos se trataba de combatir la tiranía. Se debe hacer la salvedad de que ningún legionario relevante firmó el acta de fundación del Partido Liberal. En tercer lugar, en ambos grupos hubo personas que apoyaron los gobiernos de Cándido Bareiro y de Bernardino Caballero.
Precede a la formación de los partidos propiamente, la nucleación de notables en clubes políticos. Los más importantes fueron el Club del Pueblo y el Gran Club del Pueblo, aunque es difícil establecer linealmente uno y otro como el antecedente de cada uno de los partidos políticos, debido a la fluidez de tránsito de los participantes.
El 2 de julio de 1887 se constituyó en asamblea los antiguos miembros del perseguido periódico “El Heraldo”, integrantes del Comité Popular y participantes en el Comité de Artesanos del Paraguay, además de hombres con profesiones liberales, comerciantes y propietarios de tierras. El proceso asambleario concluyó el 10 de julio con la redacción del acta de fundación del Centro Democrático, que años más tarde pasó a llamarse Partido Liberal.
Integrantes del recién formado Centro Democrático, especialmente algunos que habían sido electos como diputados en 1885, radicalizaron sus críticas al gobierno caballerista. De la mano de José Segundo Decoud, Bernardino Caballero lideró la formación de la Asociación Nacional Republicana el 11 de septiembre del mismo año.
Tanto el Partido Liberal como el Partido Colorado fueron principales protagonistas de la historia política del siglo XX y de los inicios del siglo XXI. Ambos partidos compartieron la ideología liberal en sus inicios, tendieron a un cierto componente socialista en la oposición, en los años 40 algunas de sus fracciones se acercaron a posturas fascistas y racistas, ambos fueron nacionalistas y los dos gobernaron por periodos más o menos largos con militares. El estamento militar ha sido el tercer gran actor político del país en el siglo XX. En ese sentido, solamente la Asociación Nacional Republicana (ANR-Partido Colorado) ejerció un sistema de afiliación obligatoria inclusive de militares. Eso sucedió en la mayor parte de la dictadura de Alfredo Stroessner a la que dio sustento político.
Sin embargo, es difícil hablar de bipartidismo en el Paraguay, ya que este sistema de partidos se produce habiendo elecciones competitivas, en el que pueden haber diversas opciones pero solamente dos llevan la mayor parte de los escaños parlamentarios. En el caso paraguayo no hubo propiamente elecciones competitivas hasta la apertura política de 1989. Desde el inicio de ésta hubo en el Congreso tres bancadas por lo menos. Sin embargo, a nivel de gobiernos municipales en donde se puede constatar un bipartidismo colorado – liberal, con ciertas excepciones.
La fundación de los grandes partidos políticos paraguayos es coincidente con la de partidos políticos liberales y conservadores en la mayoría de los países latinoamericanos. En la mayoría de ellos han desaparecido al producirse grandes transformaciones estructurales, principalmente en las décadas del 40 y del 60 del siglo XX y dieron lugar a nuevas expresiones políticas. Aún se mantienen, aunque sin la preeminencia exclusiva de los partidos paraguayos, partidos fundados en el siglo XIX en Nicaragua, Colombia y Uruguay.
Tanto el Partido Colorado como el Liberal sufrieron divisiones profundas en su historia, que han ido más allá del mero personalismo. Sin embargo, aún en el año del Bicentenario cabe preguntarse si los movimientos internos de la actualidad de los partidos tradicionales del Paraguay han superado el faccionalismo personalista y pueden distinguirse por una diferencia en ideas y en prácticas.