Academia Paraguaya de la Historia recuerda aniversario

09-08-2012

 

Los festejos por la conmemoración del 75 aniversario de la Academia Paraguaya de la Historia, se dieron inicio anoche con un brindis de honor realizado en el local del Museo de Arte Sacro, ubicado en (Manuel Domínguez esquina Paraguarí). Al acto asistió la ministra de la Secretaría Nacional de Cultura, Graciela Bartolozzi, quien compartió con la comunidad académica e invitados especiales.

 


La Academia Paraguaya de la Historia continuará con los actos de recordación, hoy y mañana con una nutrida agenda que comprende conferencias, presentaciones de libros, entrega de diplomas y reconocimientos, presentación de un sello postal y la habilitación de un monolito en homenaje a Lafuente Machaín.

 

 

Acerca de la Academia Paraguaya de la Historia

La Academia Paraguaya de la Historia completa  setenta y cinco años de existencia. Inició su auspiciosa labor con la denominación de “Instituto Histórico Nacional”, fundado el 11 de noviembre de 1895. Una nómina de connotados paraguayos enriquece el acta de constitución: don José S. Decoud, don Blas Garay, don Cecilio Báez, don Venancio V. López, don Teodosio González, don José Tomás Legal, don Manuel Amarilla, don Manuel Domínguez, don Pedro P. Caballero, don Cleto Romero, don Fabio Queirolo, don Enrique Solano López, don Víctor Soler, don Facundo Insfrán, don Emeterio González, don J. Gaspar Villamayor, don Benjamín Aceval, don Héctor Velázquez, don Pedro Peña, don Alejandro Audibert.

 

Al conmemorarse  el IV Centenario de la fundación de Asunción, el 15 de agosto de 1937, el Instituto pasó a denominarse “Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas”, con idénticas características y funciones que la entidad primitiva. Pese a las condiciones adversas que impusieron tanto la Guerra del Chaco como la Guerra Civil de 1947, en la que en la segunda de ellas la mayor parte de sus miembros fueron desterrados, la institución continuó su marcha sin interrupciones.

 

Con la modificación de los Estatutos en el año 1966, la entidad adquiere una nueva transformación, surgiendo así la “Academia Paraguaya de la Historia”, de acuerdo a la resolución de la Asamblea Extraordinaria. En la misma se declara como institución civil y constituida  con fines específicamente culturales fijando domicilio en Asunción en el predio de la calle España Nº 217 y Mómpox. En 1997 se registra su traslado definitivo a su sede actual, en la calle Andrés Barbero N° 230 esquina Artigas, edificio cuyo aspecto tradicional y majestuoso ofrece un marco adecuado para asiento de la histórica corporación.

 

Fachada de la Academia Paraguaya de la Historia.

 

Al celebrar este aniversario, es muy grato relevar los conceptos altamente señalados por el papel cumplido a favor del conocimiento del pasado nacional y su importante labor difusora de la historia patria en función de hechos y publicaciones realizados por renombrados estudiosos paraguayos y extranjeros. Se suma a esto la publicación ininterrumpida del Anuario “Historia Paraguaya”, que lanza en esta ocasión su quincuagésima segunda edición. La misma cumple a cabalidad con el  deber de difundir el bien nutrido universo informativo de la historia del Paraguay.

 

La forja de ideales continúa iluminando con el mismo vigor el presente y el futuro de la patria. Al constituirse la Academia en orientadora de la verdad histórica nacional, alejada de tendencias y mitos que han prevalecido en ese polémico territorio, esta benemérita institución honra a sus numerarios y fundadores siguiendo la senda señalada por los mismos;  busca y ahonda referencias y documentos que avalen el rico acerbo de las fuentes con la misma pasión que la llevaron a cabo los primeros estudiosos. Consecuente con su divisa “Super Omnia Veritas” sus miembros siguen honrando la institucionalidad en el ámbito de la investigación y al acopio de  libros y documentos.

 

Es una obligación placentera  de reconocer en este importante onomástico el apoyo permanente de la Fundación La Piedad, cuyo mecenazgo nos ampara.

 

Frente a los desafíos de la nueva etapa a cumplir, corresponde a los señores numerarios acompañar las expresiones del primer presidente del Instituto de Investigaciones Históricas, cuando anunciaba la intención de “Edificar la Patria, enriquecerla con el trabajo y ennoblecerla con ciencia y virtud”. Decisión que tratará de cumplir con mayor ahínco en el curso de sus tres cuartos de siglo de vida. (Fuente: http://www.academiaparaguayadehistoria.org.py)