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Por primera vez, Biblioteca Nacional exhibe cartografía antigua de Paraguay

01-05-2014

La muestra, que permanecerá abierta al público del 2 al 30 de mayo, inaugura un espacio de exposiciones -el Fondo Antiguo de la Biblioteca Nacional-, posibilitando a sus usuarios el acceso a contenidos por mucho tiempo preservados, guardados y protegidos y, por consiguiente, lejos de su alcance y observación.

Se trata de conjuntos bibliográficos que componen tres importantes colecciones de la Biblioteca: las de Juan Silvano Godoy, Enrique Solano López y Juan E. O’Leary que, en suma, sustentan lo más significativo del Fondo Antiguo. En particular, la colección Juan Silvano Godoy, de alrededor de 20 mil volúmenes, donados al Estado Paraguayo al momento de la compra del Museo de Bellas Artes, en el año 1927.

La colección Biblioteca Americana Godoi, integrada principalmente con ejemplares reunidos en Europa y Argentina, fue considerada una de las más importantes colecciones americanas, no solo por la cantidad sino, sobre todo, por la rareza de sus volúmenes.

De acuerdo a lo explicado por Rubén Capdevila, director de la Biblioteca Nacional, la  idea de emprender esta pequeña exposición sobre la imagen cartográfica surge, precisamente, trabajando con los contenidos de la Colección Godoi, específicamente en el momento de revisar los tres volúmenes del Atlas Novus de Gerardi Mercatoris, del año 1638, pieza maestra de la cartografía mundial, una verdadera rareza de las que no se encuentran frecuentemente en las colecciones bibliotecarias.

Pero, además, esta presentación surge en el afán de pensar y observar la historia humana, a través de uno de sus recursos metafóricos mejor logrados: el mapa. “Lejos de concebir la cartografía como una ciencia auxiliar o como una mera técnica de expresión geográfica, se muestra aquí estableciendo distancias y posiciones, la carta y el plano, desde sus finísimas técnicas de factura, donde no solo ha operado el técnico, sino también el dibujante, el grabador, el artista”, resume Capdevila.

No establecidos ni cerrados los límites, esta práctica expositiva muestra al mapa como algo fluido, cambiante y frágil, ya que habla de un período previo a los cierres y al ímpetu de los poderes por establecer demarcaciones demasiado precisas. A esta tarea -la de trazar, demarcar y delimitar- es convocado precisamente Félix de Azara, hacia el año 1782, integrando una comitiva a la que se sumaría también el Ingeniero Julio Ramón de Cesar.

Piezas expuestas

El objeto central de la exposición es el Mapa de Paraguay o Provincia De Río de la Plata, cum regionibus adiacentibus, Tucumán et Santa Cruz de la Sierra, de la obra Atlas Novus sive Descriptio Geographica Totius Orbis Terrarum, de Gerardi Mercatoris et I. Hondii. Volúmen III. 1638. Fue diseñado por Willem Blaeu (1571-1638), quien formó parte de la dinastía de cartógrafos holandeses y que, junto con sus hijos, ampliaron el Atlas a 11 volúmenes. Existe otra versión del mismo mapa, iluminado, y atribuido a Johannes Janssonius (1588-1664), emparentado con Jodocus Hondius (1629) y de cuya herencia surge otra dinastía de cartógrafos. Como quiera que sea, ambas dinastías son legatarias de la producción cartográfica Mercatori-Hondius, ya que se sabe que a la muerte de Jodocus Hondius en 1629, Willem Blaeu adquirió las planchas de los Atlas Mercatori-Hondius, para introducirse en el floreciente negocio de los atlas, que se había erigido en Amsterdam, desde principios de siglo diecisiete.

Se expone también el famoso mapa diseñado por el Ing. M. Bellin Carte de Paraguay et des Pays voisins Sur les Mémoires des Espagnols et des Portugais et en particulière ceux des RR. PP. de la Compagnie de Jesus, del año 1756, y que ilustra el volumen II de la obra Histoire du Paraguay, de Pierre François-Xavier de Charlevoix (1682-1761), del mismo año. El mapa generó una controversia sobre su autoría, ya que de acuerdo a Guillermo Furlong, fue levantado por el P. José Quiroga, quien lo realizó especialmente para ilustrar la Histoire du Paraguay, de Charlevoix. Ya refiriéndose al Mapa de la América Meridional, Furlong sostiene que “era, en su tiempo, el más perfecto”.

También forma parte de la exposición una imagen cartográfica de América, Descripción de las Yndias Occidentales, que ilustra la segunda edición de la obra Monarquía Indiana, de Fray Juan de Torquemada. La edición principal es de 1615 y, aparentemente, no incluía el mapa. Esta segunda edición es considerada de gran valor, no solo por las correcciones y ampliaciones incorporadas, que son muchas, sino por la calidad de la impresión y por la inclusión de este mapa de América, tomado de las Décadas de  Antonio Herrera (1559-1625) del año 1601, e iluminada por el editor de esta segunda edición, Nicolás Rodríguez. Llama la atención, en particular en este mapa, que no se menciona a la provincia del Paraguay, y las grandes arterias de los ríos desfiguran de tal manera esa región que la hacen irreconocible.