En el segundo día del Congreso Internacional “Roa, entre la historia y la literatura de América Latina y el Caribe” organizado por la Comisión Nacional de Conmemoración del Centenario de Augusto Roa Bastos, y que se desarrolla en el Centro de Convenciones Mariscal López, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Asunción de la Cámara del Libro de Asunción Paraguay (CLAP), hubo una amplia participación nacional e internacional de los expositores que disertaron acerca de las obras y la figura del Premio Cervantes 1989.
La primera mesa redonda de la jornada fue “Historia, patrimonio e identidad”, que estuvo a cargo de Felipe Macías y Patricia Campos, de México. Luego, “Pensamiento político y social en la obra de Roa”, Armando Flores Arca y Rodrigo Colmán Llano, por Paraguay.
Seguidamente, “Roa y su plural escritura”, a cargo de los paraguayos Mirta Roa, Antonio Carmona y Rubén Darío Ávalos. Luego, la mesa redonda “Roa Bastos, un caleidoscopio creativo”, por los connacionales Diego Sánchez Haase, Agustín Núñez, Hugo Gamarra, y Ana Martini.
A continuación, “Roa y el universo guaraní”, a cargo de la ministra de Políticas Lingüísticas, Ladisláa Alcaraz, Mario Rubén Álvarez, Susy Delgado, y Ramiro Domínguez, por Paraguay. Seguido de “Roa periodista”, por Alcibíades González Delvalle, Bernardo Neri Farina, Adrián Cativelli, (Paraguay).
Una de las ponencias de nivel internacional que se dio en la segunda jornada es la Conferencia “Las dictaduras y los dictadores del Caribe en la literatura”, por Sergio Guerra, de Cuba. Luego, “Roa y su visión del poder”, por Julia Velilla, de Paraguay, y Jon Beasley – Murray, Canadá. Finalmente, la Conferencia “Augusto. In memoriam, literatura y vida”, a cargo del argentino Mempo Giardinelli, concluyó su ponencia leyendo el Soneto para Augusto Roa Bastos:
Esta tierra, señores, es la tierra de Patiño, del Hombre y de su Hijo,
donde un Yo, Supremo, así lo dijo:
que es suprema idiotez hacer la guerra.
En el Norte del Plata, fulgurante domicilio del puma y de la garza,
donde duele el amor y a veces se alza el sol con las guitarras por delante,
no dejaré esperanzas en la entrada.
Son tus libros el canto y el regusto del bautizo en ríos y cascadas
—Paraguay, y Bermejo, y Pilcomayo—
para cantarte, universal Augusto, yo que sigo cantando cuando callo.
Fotos Gentileza El Cabildo
